jueves, 12 de junio de 2025

Espléndida restauración e Informe de la bandera del Batallón de Cazadores de Palencia, 5º de Castilla.

Restauración de Banderas

La bandera invicta del Batallón de Cazadores 
de Palencia, 5º de Castilla. 1872-1876

No es algo que abunde en las redes eso de restaurar banderas de otras épocas, aparte del valor histórico que tienen para el patrimonio de España, para la comprensión de sus gentes y su propia historia, y también para quienes se vinculan real y sentimentalmente con las raíces de la patria española, expresada en sus mejores hombres y hazañas.

Una bandera no es un mero objeto, sino que sobre todo es lo que significa. Contemplarla nos evoca a sus hombres y la Causa a la que sirvieron.




A continuación insertamos una imagen tomada en el taller de enmarcación. Consiste es un marco-vitrina realizado ex profeso para la bandera recién restaurada, la del Batallón de Cazadores de Palencia 5º de Castilla. El marco se ha confeccionado con los mejores materiales y por Estampa Marcos, una casa de prestigio, que realiza encargos del Museo del Ejército y el Naval. En el marco se ha optado por el color negro -en señal de luto por los bravos que murieron en su defensa- y oro por sus victorias. 



La restauración de la bandera del Batallón de Cazadores de Palencia 5º de Castilla, ha sido bastante compleja, como se refleja en el Informe que acompañamos. Ahora la bandera puede mostrarse en todo su esplendor, tal y como tremoló en las victoriosas batallas de Mercadillo -o batalla del fuerte de Mercadillo- en el valle de Mena (Burgos, 1874), y en las de Castro Urdiales (Santander) y Lácar (Navarra) durante la Tercera guerra carlista. En ésta última, el tema religioso de la unidad católica de España fue principalísimo, así como la inestabilidad política del Liberalismo anterior a 1868, las trampas electorales, y la anarquía del sexenio revolucionario. La Virgen con el Niño son muy significativos de los motivos religiosos del conflicto.

Esta enseña nunca se rindió ante el adversario, y es testigo del heroísmo, sacrificio y abnegación de los que precedieron a otros en la honrosa senda de la legitimidad. 

Así pues, hoy es un día importante para la historia de los recuerdos relativos al Carlismo, el movimiento político más antiguo de España y que expresa sus raíces. Esta bandera, que simboliza y expresa días de gloria, fue recogida por el propio Carlos VII de Borbón, siempre leal a sus fieles, un aciago día de aquel febrero de 1876, cuando pasó la frontera por el puente de Arnegui en Valcarlos (Navarra). Carlos VII tuvo esta enseña, junto a otras muchas, en el llamado "Cuarto de banderas" de su palacio veneciano de Loredán hasta su fallecimiento ocurrido en 1909.

Todas las imágenes y el Informe inserto, 
son propiedad de Íñigo Pérez de Rada Cavanilles. 

A continuación, y gracias a la generosidad de Íñigo Pérez de Rada Cavanilles, ofrecemos el Informe de la restauración de dicha bandera, realizada por una conocida restauradora profesional del Museo del Ejército (Toledo). Es la manera que nuestro mecenas tiene de dar a conocer este objeto histórico -que ha quedado resplandeciente-, de iniciar al lector en el gusto por salvar y transmitir objetos de gran valor fruto de su pasado, de admirar el arte de la restauración, e introducir a los amantes de la cultura en el mundo de la vexilología como ciencia y arte. 

El Informe de Mónica Enamorado Martínez, restauradora de Banderas en el Museo del Ejército (Toledo), lo incluimos en el siguiente enlace del Blog historiadenavarraacuba.blogspot.com:

Restaurar objetos significativos para el conocimiento histórico, es lo más opuesto a la moda talibán de nuestros días, que por revanchas y querer reescribir la Historia -en realidad para mofarse de ella o utilizarla ideológicamente- se plantea incluso destruir materialmente y si no la memoria, de monumentos públicos como el Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, para luego -quién sabe...- obras menores de arte. 

Concluyamos. "¡Volveré!", exclamó don Carlos de España antes de atravesar el puente de Arnegui (Valcarlos) dicho 28 de febrero de 1876. "¡Volveré! Mágica palabra que inflama el corazón de aquellos veteranos, que repercute por las montañas euskaras y que todavía hoy resuena en nuestros oídos como hermosa promesa de esperanza y consuelo" (Rev."Montejurra" nº 4, 15 a 21-II-1965, p. 7). "¡Volveré!", dijo don Carlos, ... y volvió con su hermano Alfonso Carlos I en las desgraciadas circunstancias de 1936, con las esperanzas posteriores, y con la esperanza de hoy día, porque España es más que el Rey, y el Rey lo es para las Españas, una en su variedad.

Íñigo Pérez de Rada Cavanilles, es hijo del marqués de Jaureguizar (q.e.p.d.), una familia de fuerte abolengo que conserva su casa solariega en el viejo Reyno de Navarra. Es economista y escritor, investigador y miembro de la Sociedad Española de Vexilología (SEV), así como mecenas interesado en valiosos objetos de arte, que salva de la pérdida, destrucción y olvido, da el mejor destino, y restaura con total  generosidad. 

Es autor de numerosos trabajos sobre banderas, publicados en el Boletín de la SEV, y también en Aportes. Revista de Historia Contemporánea, la Revista de Historia Naval, y Tradición Viva

También es conocido como autor de varios libros, por ejemplo: Navarra en Guerra. Banderas, trofeos de guerra... (2004). Hace poco publicó dos ediciones de un magnífico libro monumental titulado: Banderas del Palacio de Loredán. El legendario museo de Carlos VII de Borbón formó en Venecia, Sevilla, Campomanes, 1ª ed., 2023, 563 pp. con abundantes fotografías a todo color. Confiamos que el autor publique su 3ª edición debido a la demanda. 

José Fermín Garralda Arizcun

Nuestro resumen en Slideshare dice así:

La restauración de la bandera del "Batallón de Palencia, 5º de Castilla", y la descripción, imágenes, e informe completo de la restauradora profesional del Museo del Ejército de Toledo, es un tema de gran interés. En efecto, temas como éste no abundan en las redes. También es un tema necesario al historiador como ciencia auxiliar, lo mismo que la numismática, la sigilografía, la cronología, el arte etc. Entre estas y otras ciencias auxiliares, una bandera es una realidad más compleja que una moneda, un sello o una fecha, y expresa la belleza de algo tan elevado como los mejores sentimientos y los más heroicos hechos.

Para ser vexilólogo y restaurar banderas, hay que ser un enamorado de la historia, tener una amplia cultural y un fino espíritu, y ser un mecenas desinteresado. También hay que conocer las técnicas más sofisticadas utilizadas por la ciencia y arte de la restauración.

Esta aportación es importante para la historia de España, que es decir su Monarquía, para la historia del Carlismo, y para quien se ha entregado a esta delicada labor. Don Carlos VII recibió esta bandera cuando en 1876 pasó el puente de Valcarlos hacia Francia. Una bandera tinta en sangre de héroes que vivieron días de fidelidad, pues se enarboló en varias batallas de la tercera guerra carlista (1872-1876), siendo la última la conocida batalla de Lácar (Navarra).

Ahora está en muy buenas manos, y recordará a todos el servicio del Carlismo -con su Dios, Patria, Rey-  a España. Estemos muy agradecidos al vexilólogo y propietario Íñigo Pérez de Rada Cavanilles, y a la restauradora Mónica Enamorado Martínez.

Nota: Todas las imágenes y el Informe inserto, son propiedad de Íñigo Pérez de Rada Cavanilles.


sábado, 1 de febrero de 2025

Revista "Pregón". Dossier especial: Monumento a los Caídos

 Presentación


El pasado 28 de enero tuvo lugar la presentación del nº 74 de la revista "Pregón", editada por la Sociedad Cultural Navarra, fundada en 1943. Se desarrolló en el Nuevo Casino Principal de Pamplona.

Este número dedica un dossier especial al Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, popularmente y para abreviar denominado "los Caídos". Ahora bien, si por abreviar se tratase algunos preferirían decir "Monumento de  Navarra". 

Este es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Pamplona, guste o no a quienes con gran atrevimiento y poca reflexión piden su destrucción, a lo talibán, por motivos ideológicos. Pamplona está desabastecida de edificios originales y originarios. Por eso este número tiene su especial importancia y significación desde el punto de vista histórico-artístico, sociológico, y de conservación del patrimonio de una realidad que es de todos. 


Hay que agradecer mucho a la Sociedad Cultural Navarra por la edición de un nuevo número de la revista "PREGÓN" (va por el nº 74 de la 3ª época), y, sobre todo, por haber dedicado buena parte del mismo (p. 41-113) a analizar con todo detalle las tres artes mayores del monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, a presentar consideraciones sobre el urbanismo, el patrimonio heredado al margen de los gustos personales, la actividad de la plataforma ciudadana creada a favor del museo de Pamplona, la reconciliación, el mantenimiento del edificio, y una memoria sobre el pintor Stolz etc. 

Entre los asistentes se encontraba el prior de la Hermandad de Caballeros Voluntarios e la Cruz, que es canónica, Hermandad que mantuvo el edificio materialmente y abierto al culto religioso de 1958 hasta 1997. Tras el año 2000 mantiene la cripta, que cuida y donde celebra los Via Crucis estipulados por sus Reglas o Estatutos. 

Si se nos permite un comentario, creemos que el edificio está diseñado para ser visto en su conjunto: la antigua basílica con la segunda cúpula mayor de España, la explanada alrededor, las arquerías y la plaza con el estanque. El edificio no es sólo la cúpula, sino la basílica y su hermosa cripta, pero también los dos brazos con las arcadas. La belleza el conjunto sobrepasa la de cada parte individualmente. El juego de luces que puede realizarse desde los arcos y otras partes del conjunto puede resaltar su singular belleza. Por ejemplo, la belleza es mayor en imágenes carentes de la iglesia de Cristo Rey y la casa parroquial en sus extremos, que considerando estas. 

Otros trabajos publicados en la revista son: sobre los Convenios Económicos de Navarra y el Estado como expresión de la autonomía fiscal y financiera de Navarra y parte de su Fuero público, seguido de la curiosidad del avión nazi que se estrelló en Arantza en 1943. Hay varios trabajos sobre personas destacadas como son el conocido prócer navarro Serafín Mata del s. XIX, el médico y escritor Saturnino Napal, fallecido en 2024, el arquitecto Maximiliano Hijón, Mikel Álvarez como castañero de la plaza de San Nicolás, Prudencio Arrieta como pintor y fotógrafo. Le siguen la escultura de Fructuoso Orduna, el bronce prehistórico del lugar de Larumbe, la restauración de puente de la Ida de Lumbier. Con un carácter literario se muestran unos bellos poemas de la Navidad en Andalucía de Víctor Manuel Arbeloa, hombre polifacético que ha mostrado una especial sensibilidad poética, el recuerdo del viaje de Manuel Cañete a Pamplona en 1845 publicado por su autor en "El Laberinto de Madrid" de entonces, un romancero navarro, y una razón de los libros presentados por los socios de Pregón.

Algunos de los artículos del dossier, dedicados a la arquitectura, pintura, escultura, urbanismo etc. son los siguientes:








Contraportada. el artista Stolz Viciano junto 
a su figura de Sancho VII el Fuerte


José Fermín Garralda Arizcun
Fotos: JFG2025


domingo, 26 de enero de 2025

Las últimas cartas del requeté. Presentación del libro

 


Hoy se hace necesario desvelar aspectos que antes parecían evidentes, de modo que todo esfuerzo en este sentido es bienvenido. De ahí que el gran público haya podido saborear de primera mano cómo eran y vivían unos concretos hombres y mujeres del pasado, que son el núcleo central de la historia cuando pueblan, viven, aman y actúan.

 Nos referimos a que el 22 de enero del presente 2025 ha tenido lugar la presentación del libro Las últimas cartas del requeté. Correspondencia de guerra de Mateo Arbeloa y Josefina Muru (1936-1937). Se trata de una nueva aportación sobre ese dramático tema que parece inextinguible, como es la guerra civil española. 

El género epistolar de las fuentes manuscritas hace que los autores del libro sean sus dos protagonistas principales, un joven matrimonio de la villa de Mañeru (Navarra), que contrajo nupcias en 1934, siendo su primer fruto su pequeño Manolín. 

La presentación del libro ha sido en el hermoso salón principal del Nuevo Casino de Pamplona, y para ello ha colaborado Pregón Navarra. 

El gran salón estaba a rebosar de público, y sus puertas permitían que muchos siguiesen las exposiciones desde el pasillo central. 

Por este orden intervinieron don Joaquín Ansorena, ex vicepresidente del Nuevo Casino, el dr. Iñaki Iriarte, profesor titular de la UPV y escritor, y los  coeditores dr. Pablo Larraz Andía y doña Pilar Sáez de Albéniz Arregui. 


Ansorena acogió al gran público asistente y explicó el interés y sentido del libro de la presentación, y el profesor Iriarte hizo interesantes consideraciones historiográficas y sociológicas sobre el material utilizado así como el tema central del libro. Por su parte,  los coeditores, Sáez de Albéniz y Larraz, ofrecieron una síntesis del género epistolar utilizado y los contenidos básicos del libro resultante, apoyados en la proyección de unas preciosas imágenes contenidas en él. Ambos se repartieron la intervención, y mientras Pilar abordó la parte etnográfica, religiosa y espiritual, transmitiendo una honda emoción, Pablo Larraz desarrollo los aspectos bélicos, históricos y el aporte fotográfico. El conjunto fue envidiable, quedando claro cómo eran los requetés y margaritas de la Navarra de entonces, pues aunque el libro trata sobre un matrimonio, desfilan otras muchas personas relacionadas con él, y se prolonga en muchísimos testimonios recogidos en otros libros publicados sobre estos temas.

Por lo que a la intención se refiere, los autores advierten que el propósito de divulgación de las cartas de Mateo y Josefina, facilitadas por  su hijo Víctor Manuel, es "el completo conocimiento de la verdad, de los dramas de la guerra civil y de sus enseñanzas. También, el que seamos conscientes de los errores y actitudes que, desde los años previos, arrastraron a toda una generación de españoles hacia el abismo y su naufragio como sociedad" (p. 385). Consideran que el pasado hay que acogerlo para sanarnos y para que, en lo que tenga de doloroso, sea una prenda para que no se vuelva a repetir. 

Este libro es un hermoso jalón que continúa otros trabajos publicados sobre testimonios y vidas de requetés sobre la última guerra, Requetés. De las trincheras al olvido (2010), La cámara en el macuto (2018), Sebastián Taberna. El rostro de la guerra (2023), entre otros. En todos ellos ha sido coautor el dr. Pablo Larraz. Antes se habían publicado los trabajos de Fabián Blázquez (1995), En la Primera de Navarra de Javier Nagore (1982, 1986, 2006 y 2011),  de Sanjuán Gil sobre los requetés riojanos (1988), Rafael García Serrano, Revilla Cebrecos (1975), Herrera Alonso (1974, 2005), Antonio de Lizarza, o Jaime del Burgo Torres Conspiración y guerra civil (1970) que es una preciosa monografía que tiene mucho de autobiografía... 





Si el libro Las últimas cartas del requeté pertenece al género epistolar, los ya citados, entre otros que omitimos, tienen la categoría de memorias, aunque no todos ellos  muestren la intimidad, creencias y sentimientos de sus protagonistas como lo hace éste. Hoy, el análisis etnográfico de dicha intimidad importa mucho, para encarnar el pasado en las personas y no anularlo en estructuras, o bien ahogarlo en una dialéctica interesada y tergiversadora. ¿Qué tienen que ver con ésta las cartas entre dos esposos, sinceras, confiadas, limpias de polvo y paja, exquisitas en el trato, que muestran un espíritu elevado con visión de trascendencia y espíritu cristiano, sabiendo que cada cual rinde cuentas de sí mismo con independencia de lo que otros hagan o digan?

Un libro así desmiente con rotundidad conclusiones precipitadas y errores que pululan a raíz de una desmemoria sesgada, demasiado interesada en juzgar el pasado, en recrear el presente y sobre todo en construir el futuro, moviendo para ello grandes recursos materiales. Desgraciadamente, hay quien pretende hacer un juicio a las personas del pasado, ignorando el marco y las circunstancias generales y particulares, y hasta con agravios comparativos, cuya intimidad además siempre debiera quedar a salvo sin confundir los hechos con las personas. El acercamiento a la historia no es una evasión y dramatización social callejera, un teatro a la vista de todos, con pretensiones ideológicas y de futuro, que utilizan el pasado y tanto ruido y daño hacen.





Decimos que éste libro de la correspondencia entre Mateo y Josefina es la otra cara de libros como el de Julio Aróstegui Combatientes requetés en la Guerra Civil Española (1936-1939) (2013), donde se describen las unidades, los movimientos y se recogen los nombres de los voluntarios; sin embargo faltaban las personas, con sus motivaciones y vida, sus ilusiones truncadas por la guerra e incluso por la muerte. Recuerdo que Tomás Viscarret, voluntario que luego fue maestro, vivía en la calle Aoiz y pasó finalmente en la Casa de Misericordia, me decía que no se había identificado con el libro de Julio Aróstegui (leyó el editado en 1991 en dos volúmenes y por el que su autor tanto debió agradecer a la Fundación Hernando de Larramendi) porque estaba desencarnado, y las personas estaban ausentes. No reconocía en sus páginas lo que él vivió. No le faltaba razón, y sin duda por ello nuestro voluntario disfrutaría con el libro editado por Pablo Larraz y Pilar Sáez de Albéniz. 

El libro lo presenta Víctor Manuel Arbeloa, quien aporta las cartas cruzadas de sus padres, muchas referencias biográficas familiares, y las fotos de sus seres queridos. El prólogo lo comparte  el dr. Pablo Larraz (p. 15-35) y Pilar Sáez de Albéniz (p. 37-51), seguido de la relación del itinerario bélico y de las cartas de ambos esposos. El grueso del libro recoge íntegramente todas las cartas mantenidas por el matrimonio  durante la guerra (p. 61-358): 62 de Mateo y 24 de Josefina, con 448 notas aclaratorias de los coeditores que tanto agradece el lector, que versan sobre personas, acontecimientos del momento, hechos en general y el marco histórico y bélico.





Estas cartas son la colección más completa que se conserva y es conocida como correspondencia familiar de guerra. Al género epistolar se le ha prestado poca atención en la historiografía española. Las cartas rezuman sinceridad e informan al etnólogo de muchísimos aspectos de la personalidad humana, la vida cotidiana, aspectos laborales, familiares y religiosos, del frente y la retaguardia. A través de ellas el lector comprueba  que el mundo de los dos autores, Mateo y Josefina, era muy diferente al nuestro, aunque la raíz del por qué vivir, individual y social, sea totalmente inteligible y hasta coincidente. El  punto central que no se debe omitir es que para los autores de dicha correspondencia, el conflicto supuso una cruzada religiosa y en legítima defensa. También las fotografías son de gran calidad, se refieren a los protagonistas y reflejan el ambiente que vivieron. 

El capítulo V explica con detalle la herida, agonía y muerte de Mateo (p. 363-379). Le sigue el epílogo y despedida tras su muerte (p. 381-386), y un bellísimo poema de Manolín, el hijo pequeño ya hecho grande, en el "Aniversario de mi padre", lo que nos conduce hacia el final del libro. Este finaliza con cinco apéndices: "Unos recuerdos de la guerra civil-carlista contra los nacionalsocialistas y los comunistas levantada el 19 de julio en Pamplona (Navarra)", redactados por Mateo a modo de itinerario-resumen de sus días de campaña (p. 391-399),  dos crónicas de Mateo para El Pensamiento Navarro sobre "Los Requetés de Mañeru en el frente de Oyarzun" y "Desde Elgoibar" (p. 400-404), una larga relación de combatientes de Mañeru y otra de sus muertos en campaña, y la ficha de combatiente de Mateo. Fuentes y bibliografía cierran este hermoso y ágil libro. 

Esta investigación ha exigido mucho más trabajo del que supone la transcripción de 86 cartas: un trabajo de detalle, de fina búsqueda, de muchísimas conversaciones y entrevistas, de cuidar las palabras para ser fieles a los protagonistas... todo lo cual debemos de agradecer al dr. Pablo Larraz y doña Pilar Sáez de Albéniz. Si esto quedó bien reflejado en las exposiciones de ambos en la presentación de sala, también se advirtió la delicadeza de doña Pilar hacia el hijito de Mateo y Josefina, Manolín, que ya sabía firmar por entonces... y ahora es grande.



Mateo Arbeloa, sargento de requetés fallecido el 27 de abril de 1937 por sus heridas en combate, y Josefina Muru son los padres del escritor navarro Víctor Manuel Arbeloa, tan querido por todos. Mateo era hermano del que será  canónigo Agustín y de Nicanor, ambos también voluntarios, permaneciendo este último, al que muchos conocimos, leal a los principios tradicionalistas hasta su fallecimiento en la residencia del antiguo convento de dominicos en Estella. La delicadeza espiritual de don Víctor Manuel le ha convertido en ausente de la presentación de Las últimas cartas del requeté, sin duda para que los protagonistas fuesen sus padres. Por eso, este libro es el mejor homenaje a nuestro escritor, y para ello recordamos la última palabra fraterna de la presentadora Pilar: "te quiero". Y sin duda el público asistente y lector se dirigirá a la familia Arbeloa Muru en pleno diciéndoles: "os queremos".

Agradecemos absolutamente a todos su generosidad y dedicación, y especialmente a los dos editores por su trabajo desinteresado.

 


Larraz Andía Pablo, Sáez de Albéniz Arregui Pilar (2024). Las últimas cartas del requeté. Correspondencia de guerra de Mateo Arbeloa y Josefina Muru (1936-1937). Córdoba: Ed. Almuzara, 431 pp. 25 euros pedidos@almuzaralibros.com


Fotografía del Acto: propiedad de J.F. Garralda

Publicado en el blog historiadenavarraacuba.blogspot.com (27 de enero de 2025). Tomado por Ahora Información (27-I-2025). 


José Fermín Garralda Arizcun

Dr. en Historia