viernes, 26 de junio de 2015

Similitudes entre dos batallas con ocasión del bicentenario de la batalla de Waterloo

Similitudes entre la Batalla de Sorauren (Reino de Navarra) y la gran batalla de Waterloo (Bélgica). 
Entre el  27 y 28-VII-1813 y el 18-VI-1815

Continuamente transcurren bicentenarios. En este caso de las guerras de Napoleón, el tirano de Europa. Hagamos una retrospectiva hacia 1813. No llegamos directamente a la llanura de Waterloo, lugar donde tuvo lugar la última derrota de las armas imperiales francesas dirigidas por Napoleón, sino que pasamos necesariamente por Sorauren, accidentado lugar donde se desarrolló parte de la batalla de los Pirineos entre San Sebastián y Pamplona, ciudades sitiadas por las armas aliadas españolas y del duque de Wellington.

Ha sido un placer asistir a la conferencia sobre las "Coincidencias sorprendentes entre las batallas de Sorauren y Waterloo", impartida por don Pedro Lozano Bartolozzi, presidente de la SEHN (Sociedad de Estudios Históricos de Navarra), el miércoles 24 de junio a las 7 horas de la tarde en la sede de Diario de Navarra de la calle de denominación gremial Zapatería. Ha sido en el proyecto Aula de Historia que organizan la SEHN y dicho diario navarro.

Don Pedro Lozano Bartolozzi explica las batallas de Sorauren y de Waterloo
en la biblioteca de "Diario de Navarra". Foto: JFG2015

No se trata en esta rememoranza ni de la presente entrada de blog, de seguir la actual moda de exagerar infantilmente localismos como si la historia mundial fuese para engrandecer o estuviese al servicio de la historia menuda. Sorauren se encontraba al norte del Reino de Navarra, heroico Reino resistente frente a la ocupación napoleónica, felizmente inserto mediante unión eqüe-principal a la Corona de Castilla tras los sucesos de la conquista en 1512, hoy tan debatidos por algunos ideológicamente interesados. Pamplona, su capital, ocupada por los restos de las tropas francesas, estaba sitiada por las tropas angloespañolas (y portuguesas) de Wellington. También estaba sitiada San Sebastián, ciudad marítima protegida por el monte Urgul.

Más que seguir las palabras de Lozano Bartolozzi, aportamos ahora el marco sobre el que él desarrolló su exposición. Luego diremos lo que es suyo. 

Plano de la Ciudad de Pamplona, Cabeza del Reino de Navarra,
felizmente incorporado a Castilla permaneciendo como Reino POR SI.
Plano impreso por de Fer, París, 1719.
Hay abundantes planos en el Archivo Municipal y sobre todo en el
Archivo General y Real de Navarra. Tesis doctoral de JFG1986.

Pues bien; primero tuvo lugar la memorable batalla de Vitoria en el ocaso de la invasión napoleónica en España (1). Esta invasión será rechazada durante seis años (1808-1814) por el pueblo español en masa, al grito de Religión, Rey (Fernando VII) y Patria o independencia del dominio francés. Napoleón era el exponente de la revolución liberal francesa, y el liberalismo de las Cortes de Cádiz era por entonces ignorado o rechazado por el pueblo español en general. La victoria de Vitoria a la que nos referimos se debió al duque de Wellington y al general Ricardo de Álava. Esta victoria sí aparece en los libros de Historia, pero no la de Sorauren. 

Vencidos en Vitoria, y para frenar a los aliados, el mariscal Soult, lugarteniente de Napoleón, penetró en Navarra con los generales de Clausal, Reille y Drouet d'Erlon con el objeto de liberar Pamplona. Comandaba 55.400 de infantería y 1.500 de caballería. Se enfrentó a Wellington en las proximidades de Pamplona en Sorauren, Zabaldica y Arleta (2). Wellington dirigió la batalla desde el pequeño pueblo de Sorauren. La batalla fue el 27 y 28 de julio de 1813, la narra José María Iribarren y la rememoró Lozano Bartolozzi a los doscientos años después. Hubo cañoneo, caballería y combate a la bayoneta con los horrores de la lucha cuerpo a cuerpo. Cuatro ataques hubo de los franceses sobre la altura de Arleta, que fracasaron. Dos Regimientos españoles fueron heroicos. De todo ello tratan los franceses J.B. Dumas y Joseph Pellot, testigos de la batalla. Los franceses perdieron ocho mil soldados entre muertos, heridos, desaparecidos y prisioneros. Soult desistió de socorrer a Pamplona. 

Villa de Sorauren, próxima a la ciudad de Pamplona. Imagen: Web

Pasaron dos años. Llegamos al segundo ocaso de Napoleón, genio de la guerra y de la paz revolucionaria que morirá dentro de seis años en la isla del Destierro (Santa Elena, islote perdido en el océano Atlántico y el Hemisferio Sur) y al que Dios le dio unas grandes capacidades que tan mal utilizó. 

Wellington at Sorauren. Thomas Jones Barker.
Imagen de la Red.
El 18 de junio de 1815, la ondulada llanura de Waterloo, a unos 12 km. de Bruselas, se llenó de tropas con la ferocidad incoada de sus próximos movimientos (3). Fue el último desafío de Napoleón. Fue el trágico culminar del imperio de los Cien Días, tras el regreso de Napoleón de su primer destierro en la isla mediterránea de Elba. En dicha llanura, con sus ondulaciones y taludes, se enfrentaron las valerosas tropas del dominante Imperio francés, que expandió la revolución por la vieja Europa, y las fuerzas coaligadas de Gran Bretaña (como le es habitual había pocos ingleses), Hannover, Países Bajos, Nassau y Brunswick, llegando al final los prusianos de von Blücher que decidieron la batalla. El mariscal Grouchy careció de la iniciativa de personarse en el campo de batalla pues cumplió con exageración la orden del gran corso de frenar a von Blücher. 

Un film espectacular .
Con Wellington estuvo el general Álava en Waterloo, que antes había luchado en Vitoria y luego fue herido en Sorauren. No murió en Waterloo, y eso que allí murieron casi todos los amigos del general inglés. Para Wellington, Waterloo fue la batalla más triste de su vida. Además, fue una carnicería espantosa ya que hubo casi 200.000 combatientes en un espacio limitado. 

La llanura ondulada de Waterloo era totalmente extraña
al paisaje encajonado y boscoso de Sorauren. Imagen de la Red.

Llegamos a las similitudes entre las batallas de Sorauren y la de Waterloo, acontecimiento cuyo bicentenario celebramos este año. 

Para Pedro Lozano Bartolozzi, en ambas batallas los generales son los mismos: Wellington por un lado y Soult (dependiente de Napoleón) por otro. Soult fue jefe de estado Mayor en ambas batallas, aunque algunos otros merecieron ocupar el puesto más que él. En ambas ocasiones la gran batalla la componen cuatro grandes enfrentamientos: por ejemplo, a la final de Waterloo se sumaron las batallas de Ligny (16-VI), Quatre-Bras, Charleroi, y la de Sorauren fue uno de los enfrentamientos de la Batalla de los Pirineos entre San Sebastián y Pamplona. En ambas hubo un mal tiempo. En ambas la carga de caballería francesa fue fallida; sobre todo en Waterloo por no advertirse la existencia de un tremendo talud en el terreno que engulló, oleada tras oleada, a la flamante caballería del mariscal Ney. En ambas batallas hubo una confusión de órdenes y faltó información por parte de los franceses. Aunque en Waterloo avisaron a Napoleón sobre la capacidad real de los ingleses: ojo que estos luchan muy bien, sin embargo Napoleón les infravaloraba porque años atrás se había acostumbrado a luchar contra loa austriacos, prusianos y rusos. En ambas los franceses llevaron la iniciativa del ataque: invasión de Navarra por Soult e invasión de Bélgica por Wellington. En ambas se movilizaron grandes recursos humanos, pues si hubo casi 200.000 hombres en el campo de Waterloo (más los que estaban fuera del campo principal de batalla), los franceses movilizaron en la Batalla de los Pirineos unos 80.000 hombres y otro tanto los aliados anglo-españoles y portugueses. Los 14.000 hombres de infantería que Napoleón necesitaba en Waterloo -¿dónde queréis que los fabrique?, dijo- estaban defendiendo la frontera con navarra, pues los aliados amenazaban con invadir Francia desde el Oeste de los Pirineos. 

Personalmente creemos que la batalla de Sorauren fue más importante por las consecuencias de expulsar definitivamente a los franceses que en sí misma. Los franceses abandonaron Navarra y en ella a la heroica España, tan admirada por Napoleón en sus Memorias de Santa Elena. Waterloo fue según el novelista Víctor Hugo, el gozne del siglo XIX. Tras esta batalla comenzó la llamada época de la Restauración, aunque en realidad no se fue una restauración verdadera. En España, desde luego que no lo fue porque, ante las minorías liberales que agitaban la política, la restauración se hizo el clave conservadora del absolutismo -despotismo ilustrado- y no en clave renovadora conforme a la tradición española actualizada. Ante los simplismos de hoy, es necesario insistir en la diferenciación entre innovadores (liberales), conservadores (absolutistas) y renovadores (monarquía tradicional y efectiva). Navarra seguía la posición de la tradición renovadora. 

Don Pedro Lozano Bartolozzi en su amena conferencia
que ha inspirado esta reseña. Foto:JFG2015 

José Fermín Garralda Arizcun
Pamplona 26-VI-2015

(1) Conmemoración del 150 aniversario de la batalla de Vitoria (1813-1963), Vitoria, Diputación Foral de Alava. Consejo de Cultura, 1963, 157 pp. 
(2) IRIBARREN, José María, "La defensa del monte de Arleta decidio la llamada "Batalla de Sorauren" (27 y 28-VII de 1813), San Sebastián, "Irurac Bat", 1971, 8 pp.
(3) BARBERO, Alessandro, Waterloo, Barcelona, RBA, 2006, 389 pp. 


MAESTROJUÁN CATALÁN, Fco. Javier, Ciudad de vasallos, nación de héroes. Zaragoza: 1809-1814, Zaragoza, Diputación de Zaragoza, 2003, 687 pp. 
MARCELLÁN EIGORRI, José Ántonio, El clero navarro en la guerra de la independencia, Pamplona, Eunsa, 1992, 210 pp.
MIRANDA RUBIO, Fco., (Coord.), Guerra, sociedad y política (1808-1814), Pamplona, UPNA y Gobierno de Navarra, 2008, 1.221 pp. en 2 vols. 
VARIOS, La Guerra de la independencia en el Valle Medio del Ebro, Tudela, 2003, 278 pp. En este Curso de Verano tuvo una participación destacada Fco. Javier Maestrojuán en su organización como sobre todo en las ponencias. 

Escudo de Armas de la Ciudad de Pamplona. 
Armas de la Muy Noble, Muy Leal y Muy Heroica Ciudad de Pamplona, Cabeza del Reino de Navarra. Es un león con corona que debiera de ser rampante, orlado de cadenas, escudo que se enmarca sobre una decoración de rocalla de influencia rococó francesa. Está situado sobre la puerta principal del frontis o fachada del Ayuntamiento de Pamplona. 

El título de Muy Heroica lo recibe en 1823 por los servicios de los vecinos y la misma Corporación realizados en el Trienio Liberal, cuando se enfrentan a los liberales pamploneses que estaban apoyados y agitados -en el café de la Suscripción- por la guarnición de la ciudadela. 



Imagen del libro citado Guerra, sociedad y política (1808-1814) y del Congreso internacional realizado por la UPNA en Pamplona y Tudela en 2007.
En dicho Congreso se presentaron dos comunicaciones sobre Pamplona
de Jesús Balduz y José F. Garralda. La primera sobre su Ayuntamiento
de 1808-1813 y la segunda sobre las primera elecciones liberales
en la Pamplona realista de 1813. 
José Fermín Garralda Arizcun
Pamplona 26-VI-2015