sábado, 11 de febrero de 2012

¿PERO A DÓNDE VA CON EL ALMA ROTA? PENSANDO SOBRE MI GENTE...

...CUANDO CUALQUIERA SE TOPA CON SU ALMA.
EXPOSICIÓN AL AIRE LIBRE. (Una interpretación sobre la obra de Rodin en Pamplona )

No podemos conformarnos. No hay presente sin pasado ni pasado sin presente. Ni árbol sin raíz o flores sin mata. Como no somos seres abstractos, sino encarnados, ante las imágenes expuestas nos descubrimos a nosotros mismos "queriendo entender". Esta exposición es tan sólo -y es mucho- una limitada imagen de los hombres. Y desde la soledad del "yo", como Dios nos trajo al mundo y libres de artificio, nos interpela directamente.

“No quiero conformarme” –se oye de vez en cuando- ni con el conocimiento que tenemos, ni con el cómo vivo lo que soy, ni con las realidades individuales y sociales del ahora. Eso da pie a que existan esos "algunos", apodados torpemente como inútiles que investigan el ayer o Historia, aunque esa inutilidad sea aparente y precisamente lo que salva al conocimiento histórico como ciencia. Tales "apodados" buscarán, en la experiencia de vida de otros los tiempos, ejemplos y perfiles siempre nuevos, que puedan servir para resolver los grandes problemas del presente. Otras personas centrarán los esfuerzos en la filosofía. Y una y otra vez unos y otros suplicaremos a la Teología, ya en sí misma como ciencia sobre Dios y su plan divino, ya como experiencia humana de Él.

¿Qué podemos buscar en el conocimiento de la historia? No busquemos arqueología inútil, ni presentismo acientífico y manipulador del pasado para justificar un capricho de voluntad, ni escepticismo del triste-pensador-triste… sino observación detenida con los ojos suficientemente abiertos sobre el pasado, y búsqueda de la verdad siempre joven en sus múltiples perfiles y manifestaciones.

La exposición al aire libre, en la calle, de algunas obras del conocido escultor Auguste Rodin (1840-1917), da qué pensar. Se inauguró el 11 de enero y se mantendrá hasta el 20 de febrero. Son seis estudios de Los burgueses de Calais (1884-88) y El pensador (1880), rótulos estos que ocultan lo que las imágenes pudieran significarnos. ¡Qué expresividad!: el pamplonés no puede pasar ante ellas sin removerse y conmoverse. ¡Qué espíritu este que no quiere ser enjaulado modela contundentemente la dura materia al estilo de un nuevo Miguel Ángel! ¡Qué perspectivas siempre nuevas las de cada figura bruñida hasta brillar!... y ¡cuánto nos puede costar hacernos cargo de cada una de ellas en su relativa plenitud!.

Rodin quiso exponer sus obras al aire libre para acercarlas al transeúnte ocasional. También al que transita "en crisis" -hoy paralizado y receloso de la vida- por nuestra ciudad; a ese "alquien" que esconde una inquietud creadora de oculta tensión, o al insomne que deambula aplastado en silencio por ambas penas juntas. ¿"Es el aleteo de "la crisis" global, del "basta ya", de la desesperanza de aquel que se va a entregar...?

La expresividad y potencia expectante de las esculturas de Rodin se ofrecen de lleno al pamplonés de toda la vida, al de diferentes procedencias, a cualquier caminante, sin duda agradecido a la Obra social de “la Caixa” y el Ayuntamiento de Pamplona responsables de esta exposición para mi inquietante ya en si ya por las circunstancias.

Siete imágenes del hombre se ofrecen a quien pudiera sentirse interpelado en su propio “yo”, al angustiado por un agudo vacío existencial debido a la ausencia de Dios en quien antes se apartó de Él, a quien no se resigna a un relativismo moral y epistemológico siempre paralizante, al aquejado por la ausencia de amor y de acogida humana, al abandonado -niño nacido o pequeñito sin nacer todavía, mujer o anciano-, a quien padece la mordida de una terrible crisis aunque él siempre ha trabajado –y por cuatro perras- y no la ha provocado, al desilusionado y escéptico porque aprecia que sus saberes y su voz –la única que tiene- caen en el vacío, a aquel que echa en falta una verdadera representación laboral y socio política, a quien sufren un radical individualismo o la masificación despersonalizadora por la falta de asociacionismo y de sentido de comunidad, al que se lamenta por el abismo existente entre la España real y la oficial, a quien cree que ara en el desierto… Ya sabemos qué significan Los burgueses de Calais: es una historia de otra época, una historia épica medieval de la monarquía francesa del siglo XIV. Sin embargo, los "burgueses" de nuestra plaza del castillo no forman un conjunto de una pieza como el original, sino que están separados, aislados, diseminados y originando un nuevo paisaje escultórico. Y dan pie a la interpretación del que se encuentra y topa con ellos.

No son esculturas en bronce las de Rodin para el transeúnte aburrido, quejica y protestón, sino para el hombre real que muestra un mínimo de profundidad en sus reflexiones y sentimientos personales. Son esculturas apasionadas, dramáticas y casi románticas. Y la luz... ¡ay esa luz que vibra y aún destella en el acabado rugoso y abocetado, como un nuevo impresionismo!

Repitamos. Las seis figuras o estudios de los prohombres del monumento a Los Burgueses de Calais son: el más anciano representa a Eustache de Saint Pierre, que guía al resto; Jean d’Aire muestra una tensión agobiante; Pierre de Wissant es el prototipo de la duda; Jacques de Wissant lleva en su mano izquierda las llaves para el monarca inglés; ahí el resignado Jean de Fiennes; aquí Andrieu d’ Andres, sobrecogido ante su propia desesperación. Esculturas que proceden o procesionan hacia la muerte y hacia la "entrega" a los poderes del mundo, y que pudieran expresar algunos de los estados del alma más dramáticos del hombre contemporáneo. Ningún creador se aisla de su tiempo aunque represente algo del pasado, sino que su época le influye por lo mismo que fluye su impulso creador. Esculturas ésta que no sólo quieren acercar al hombre a la cultura, sino interpelarle, para lo cual requieren la confluencia de elementos como el aire, la luz, el paso del tiempo, la inclemencia climática y un espacio sin límite.

Sobre todas estas sorprendentes y bruñidas figuras, bajo el azul del cielo en estos días de frío severo, sobrepasando la armónica e inmóvil imagen como fondo de palacios al estilo del de Goyeneche (s. XVIII), luego Ribed (parte del XIX), y finalmente de la familia Zozaya-Irigoyen y Zozaya-Iturralde (s. XIX y casi todo el XX)... destaca la mole de El pensador de Rodín -nuestra séptima figura-, que en 1906 fue colocado frente al Panteón de hombres ilustres en París, y en 1922 en los jardines del Musée Rodin. Esta figura está en la parte superior de la puerta del Infierno (1880-1917) -planteamiento éste constructivo monumental, que nunca llegó a construir para el museo de Artes Decorativas-, directamente inspirada en la magna obra de la Divina Comedia de nuestro Dante. Esta "puerta" acaparó veinte años de su vida.

El pensador, influido por el Ugolino del escultor también francés Carpeaux, quizás cavile sobre la fugacidad de la vida al estilo Jorge Manrique –el caballero poeta-, o sobre el sentido de la vida y sus consecuencias como Dante Alighieri. El pensador, en general y como germen que configura al hombre, se halla ante problemas universales, cavila sobre el sentido que los hombres están dando a su vida expresada con su fe y sus obras, y hoy quizás me permita preguntarme qué ha ocurrido en esta Pamplona y Navarra entera, en nuestro viejo Reyno, que se encuentra irreconocible en sus manifestaciones, para que necesitemos con urgencia un soplo de la Vida que recomponga nuestra humanidad y dé sentido al vivir. Si nuestros mayores posasen su mirada sobre nosotros, seguramente dirían: ¿pero qué habéis hecho y dejado de hacer para estar así?

Dicho esto, creo que el hombre tiene salida a esta encerrona. Para ello tendrá que abrirse a lo que él cerró -a Dios, a sus padres e hijos, a su misma naturaleza, a su "ser de este lugar"...-, y aplicar su creatividad ante los nuevos espacios vitales que debe explorar. Con urgencia.

José Fermín Garralda
(Un febrero más, pero muy frío)
Fotografía: JFG2012






















viernes, 3 de febrero de 2012

UN NUEVO LIBRO SOBRE DOÑA BLANCA DE NAVARRA

DOÑA BLANCA DE NAVARRA,
REINA PRUDENTE Y PEREGRINA EN UNA ÉPOCA CONFLICTIVA
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Es tal la categoría y elegancia humana de la Reina doña Blanca, que en su difícil época pudiéramos hablar de ella como la "azucena de un pequeño gran Reyno".

Su personalidad expresa el ápice medieval, en contraste con la decadencia posterior de Navarra, que desembocó en los graves sucesos de 1512, siendo el presente 2012 cuando conmemoramos su V centenario. Doña Blanca, personaje que el dr. Jesús Tanco Lerga estudia en su libro de divulgación que ahora presentamos al lector, fue a modo de un "canto de cisne" de Navarra como Reyno independiente. Un "canto abierto" al Mediterráneo y al resto de los cinco Reinos hispánicos, espacios estos mucho más amplios y aventureros que los de la próspera Francia feudal, ardiente por los cuatro costados durante la Guerra de los Cien Años.

Entre la fecha del fallecimiento de doña Blanca y la conquista de Navarra por Castilla en 1512 (en las tropas castellanas se incluían contingentes vizcaínos, guipuzcoanos y alaveses -para que hoy se hable-), tendrá lugar el conocido enfrentamiento -por otra parte nada original en la época bajomedieval- entre los clanes nobiliarios agramontés y beaumontés que, junto a diversas circunstancias, dio al traste al Reyno navarro. Si la invasión de 1512 supuso una convulsión interna que marcó época en la Historia navarra, este Reino milenario -fundado a mediados del s. IX- se encontró en la primera gran encrucijada. En dicha encrucijada y en 1515, el viejo Reyno de Navarra se incorporó a la Corona de Castilla,mediante unión eqüe-principal, manteniéndose REINO POR SÍ. A continuación, Navarra se beneficiará de la paz hispánica dentro de las fronteras de la monarquía.

El público lector está de enhorabuena, pues tenemos delante un breve pero interesantísimo, divulgativo y muy bien editado libro de TANGO LERGA, Jesús, Blanca de Navarra (1385-1441)reina prudente y peregrina, Pamplona, Asociación "Sancho el Mayor", 2011, 254 pp.

Vinculado al marco anteriormente descrito, este libro adquiere un gran interés como explicación de síntesis divulgativa -más que en el ámbito de la historiografía-,como "lugar" común de erudición, y por su proyección cultural en tasn necesitado presente.

Nos alegra muchísimo esta edición, porque sus responsables han desafiado la crisis económica, han desafiado el "bajón" que hoy sufren los estudios de Historia y los inconvenientes prácticos de la vida que la vocación de los jóvenes historiadores ha experimentado -aunque "todo el mundo" se ponga a hablar de historia incluidos los politicos-, y desafía -al fin- el materialismo actual o bien la comodidad aburguesada de nuestros días, en los que quizás la "burguesía" rural de economía mixta (lo que hoy queda de la economía) se ha superpuesto a la "burguesía" urbana.

Por eso mismo, también alegrará al lector este nº 3 de la "Colección Abuelos y nietos", llevado a cabo por la "Asociación Mayores de Navarra Sancho el Mayor", cuyo nombre emblemático se corresponde al interés por transmitir y vivir "la Historia desde Navarra, y Navarra desde la Historia".

Hoy se dan todos los ingredientes para que el público lector acoja el libro del dr. Jesús Tanco Lerga con expectación, porque el conocimiento y valoración de la Edad Media está en auge. Como si viviésemos en cierto post romanticismo con el triunfo del sentimiento y la imagen. Los estudios y remembranzas sobre esta larga, desconocida y sugestiva etapa de la Historia medieval de la Cristiandad, cada vez tienen un mayor atractivo social. Investigación y cultura, ocio y proyección histórico-política, todo se auna para revitalizar las "cosas humanas" del presente rememorando el pasado.

Citemos algunos ejemplos. En el año 2007 la dra. Eloísa Ramírez Vaquero publicó su investigación sobre Carlos III rey de Navarra, y en el 2010 la dra. García Arancón analizaba "La dinastía de Champaña en Navarra" como signo de innovación en el siglo XIII. El lujoso castillo-palacio de Olite es un magnífico escenario como telón de fondo de los festivales de Teatro clásico (26-VII-2009). Pamplona y toda Navarra han ido recuperando monumentos y rincones históricos,como son los yacimientos romanos y medievales, las calles y belenas, los castillos, los monasterios y monasteriolos, las iglesias y ermitas... Por ejemplo, ahora se acaba de restaurar las catedrales de Tudela y Pamplona. También se celebran los Encuentros Históricos de Artajona para revivir el pasado medieval. Se realizan exposiciones de libros antiguos. El Premio anual "Príncipe de Viana" expresa el título político del príncipe Carlos, hijo de doña Blanca. Recientemente se han concedido 148.000 euros a la villa de Cortes para completar la reforma del ala Este o derecha de su emblemático castillo, para ser abierto al público como recurso turístico; su rehabilitación se inició en el año 2008(DdN, 31-I-2012).

En relación con doña Blanca, los restos mortales de la reina y de su hijo el príncipe Carlos se han estudiado genéticamente -luego diremos sus resultados-, y, hace poco, la estatua de doña Blanca se devolvió a la villa de Olite, una vez retirada para su restauración, colocándose ahora en el interior de la preciosa iglesia de Santa María, junto al actual parador y castillo, para así evitar su deterioro (DdN, 31-XII-2009).

Recordemos al lector que no fue doña Blanca un caso aislado, porque la mujer en la Edad Media tuvo más importancia de lo que se cree. Hubo damas, abadesas, princesas y reinas de un gran peso social y político, a veces decisivas en la vida de los pueblos. Pensemos en doña Toda de Navarra a comienzos de esa "Edad de Hierro" que fue el s. X, en doña Mayor esposa de Sancho III de Navarra, en Urraca de Castilla, en doña Petronila de Aragón, en doña Berenguela y doña María de Molina de nuevo en Castilla, en Leonor de Inglaterra esposa del rey castellano Alfonso VIII,en Juana de Navarra, en las abadesas del monasterio de las Huelgas (Burgos), en Leonor de Aquitania, en Hildegarda de Bingen que fue una monja benedictina alemana del s. XII, y en un largo etcétera. Tengamos además en cuenta que, en aquella época hasta la revolución liberal, el monarca no era quien gobernaba sino la familia real, de la que una parte importante era la mujer.

Sin embargo -digamos más- la alta alcurnia no podía separase de la naturaleza humana y social más universal, en la que la mujer ejerce su misión como piedra angular de la familia, más allá de las culturas de matriarcado a la que pertenece nuestra cultura vasca. Pues bien, como mujer y en su dimensión política, doña Blanca fue una gran reina, que inspiró al conocido novelista de Viana(de ideas tradicionalistas y fidelidad carlista)que fue Navarro Villoslada. Lo dicho: doña Blanca no fue un caso aislado, pero sí emblemático, como también lo es hoy Navarra por su propia especifidad y personalidad.

Doña Blanca de Navarra, dama de gran belleza y atractivo durante la complicada época bajomedieval, fue una mujer y gobernante excepcional, calificada de "Reina prudente y peregrina" por el profesor y periodista dr. Jesús Tango Lerga. Su reciente libro de divulgación histórica sobre la reina consorte en Scilia, y luego reina titular de Navarra, ameniza e informa simultáneamente sobre la categoría personal de esta Reina, de su padre Carlos III de sangre Valois, y del mismo Reino, conformado por un pueblo, una tierra, una concreta civilización cristiana y su Derecho privado y público peculiar.

El dr. Jesús Tanco explica cómo era la época bajomedieval, y la complejidad de su contexto político y religioso, demográfico, social y económico. Profundiza en los padres de la reina doña Blanca, y otorga a Carlos III una importancia que quizás la dra. Ramírez Vaquero rebaje algo. Describe la ajetreada niñez, y los viajes y actividad de doña Blanca. Analiza su actividad en Sicilia como reina consorte de su primer esposo Martín, su actividad en Navarra, en Aragón como esposa de Juan II, y en Castilla, cuando éste último Reino condicionaba la política navarra.

La síntesis divulgativa de esta compleja etapa que supone este libro recoge cómo Carlos II y Carlos III se fijaron más en el ámbito peninsular que en el ultrapirenaico (p. 117, 122), la tendencia a la unidad de los Reinos hispanos a pesar de la gran presencia de los problemas internacionales en las divisiones políticas, la división de los navarros en los clanes nobiliarios agramonteses y beaumonteses con ocasión del testamento de doña Blanca a favor de Carlos, Príncipe de Viana", otorgado "con el ruego de que no tomara la corona sin permiso de su padre" Juan de Aragón.

Si se nos permite algún comentario personal -siempre atrevido-, diremos que, en esta síntesis de historia narrativa, la descripción de la isla de Sicilia y de su historia no era tan necesaria, como tampoco detallar los enlaces matrimoniales y sucesorios, o bien el desfile de personajes secundarios. Seguramente, la relativa aridez de los hechos recogidos en la primera parte pretenda reflejar la conflictiva y tensa época, o bien que la crisis convirtió la complejidad del Derecho político en aparente agotamiento. No obstante, en adelante la narración capta plenamente la atención del lector. Como suele decirse, este libro se lee "en dos sentadas".

Leo en la prensa que los restos atribuidos al príncipe de Viana y a su madre, la reina Blanca de Navarra, son falsos. Así lo determinó un estudio genético de ADN presentado en el monasterio de Poblet en septiembre de 2008. Por eso, ni los restos conservados en Santa María la Real de Nieva (Segovia) puede ser atribuídos a doña Blanca, ni tampoco los identificados en Poblet pueden ser los del Príncipe de Viana, una vez cotejados estos últimos con los de su sobrina-tataranieta la archiduquesa Bárbara de Habsburgo (Diario de Navarra, 17-II y 10-IX-2008). Con ello -salvo error por parte de los investigadores del ADN- corregimos la afirmación del autor que afirma que los restos de la reina Blanca se encuentran en Segovia. Aunque parece cierto que los restos del Príncipe de Viana se hallan el Poblet, todavía se ignora cuáles son, pues están mezclados con los restos de más de 100 personajes pertenecientes a la Corona de Aragón y a familias nobles que fueron enterradas en la iglesia del monasterio.

El libro que presentamos está escrito con galanura y contiene abundantes fotografías en color y originales, cuya autoría se debe a Tanco Zuza. La redacción sólo está intervenida por las notas necesarias a pie de página, alejándose así esta obra de los libros eruditos y clásicos de Historia que a veces se hacen algo pesados al lector no especializado. Acompaña al texto una cronología final (p. 233-236), un glosario básico para quien se acerca a la Edad Media (p. 237-243), la biografía de 21 personajes (p. 245-249) y un interesante epílogo donde se valora la significación de los centenarios conmemorados este 2012.

Agradezcamos al autor la generosidad de su esfuerzo y admiremos una vez más la vocación que lo ha hecho posible, en esta tierra de "cardos" y -no obstante- de bellos colores que pisamos quienes nos dedicamos al oficio de historiador. Nuestro agradecimiento también a la Asociación "Sancho el Mayor", y a los mecenas que han hecho posible la edición, como el Gobierno de Navarra y Ayuntamiento de Pamplona, o bien los clientes de CAN.

José Fermín Garralda Arizcun
Pamplona, 8-II-2011
Doctor en Historia