miércoles, 9 de julio de 2025

Obituario. El sacerdote don José Ignacio Dallo Larequi

 

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El sacerdote

Rvdo. e Ilmo. Don José Ignacio Dallo Larequi

ha fallecido cristianamente tras una penosa enfermedad a los 90 años de edad en la residencia de El Buen Pastor, dependiente de la Diócesis de Pamplona-Tudela, a las 22:30 del 9 de julio.

Nuestra Señora de la Paz se lo llevó con Ella.

Nació en Pamplona el 14 de junio de 1935. En 1946 ingresó en el Seminario Diocesano de Pamplona y fue ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1958. Durante dos años amplió sus estudios en Salamanca. Fue coadjutor en la localidad de Marcilla (Navarra). De 1965 a 1979 fue Capellán del Colegio Menor Ruiz de Alda. Estudió Literatura hispánica en la Universidad de Navarra. Obtuvo el nº 1 de España como Catedrático de Instituto en las oposiciones nacionales, recibiendo el Premio Nacional de manos del jefe de Estado generalísimo Franco. Desde 1968 a 1999, y compaginando con su sacerdocio, ejerció como profesor de Literatura en el Instituto Ximénez de Rada de Pamplona. Fue miembro del Consejo Presbiterial.  Colaboró activamente en la parroquia de San Francisco Javier de Pamplona, siendo párroco el inolvidable don José Manuel Pascual Hermoso de Mendoza.

Por encima de todo fue sacerdote. Fue un sacerdote fiel al magisterio de siempre de la Iglesia católica, destacándose en el tema de la confesión sacramental, por el que arriesgó toda su vida hasta la incomprensión más total, que él vivió en clave de ostracismo. Tuvo una profunda vocación educativa con jóvenes, que desarrolló durante toda su vida, prolongando en ella su afán apostólico sacerdotal y alcanzando una  libertad de acción en la diócesis gracias al sueldo del Estado como catedrático. 

Fue un sacerdote muy piadoso y activo, honesto y valiente -no hay otro como él-, prevaleciendo su  convicción recta y congruente con el Magisterio de la Iglesia. Fue devotísimo de la Virgen en la advocación del Pilar. Sacerdote fiel a su vocación, promovió la piedad popular durante muchos años, celebrando el Rosario mensual de la plaza de la Inmaculada o Aduana, los Rosarios de la Aurora, el Via Crucis penitenial y la fiesta del Sagrado Corazón de San Cristóbal, el 12 de octubre etc. etc.

En tiempos de crisis entre los cristianos, en la Santa Iglesia y el mundo civil, fundó la Unión Seglar San Francisco Javier a petición de los seglares, especialmente del que será secretario don Rafael Santesteban Martínez, siendo él su director y alma mater. Fundó y dirigió el quincenal católico "Siempre P'alante" de 1982 a 2021, alcanzando las 851 revistas en su Iª época, y llegando la IIª época -tras su enfermedad- a 43 números dirigidos por don Pablo Gasco de la Rocha. Esta revista es un ejemplo de pulcritud editorial. Durante unos años fue canónigo de la Catedral metropolitana de Pamplona. Fue director y alma de las Jornadas de la Unidad Católica de España iniciadas en Toledo en 1989 , y prolongadas en Zaragoza hasta alcanzar un total de 34 años este 2025. En dicha revista y jornadas colaboró con él activamente el dr. Don Alberto Ruiz de Galarreta, formando entre ambos un precioso tandem. 

De una gran inteligencia, fue amante de la literatura, la educación y la música, y un gran escritor articulista. Compuso una pieza sobre la salutación del arcángel Gabriel a una doncella llamada María y abrió un concurso y premio de armonización. Persona detallista y generosa, era muy sensible a las faltas de educación o atención, especialmente de aquellos más obligados a vivirla por su posición pastoral. Fue un buen organizador, siempre alegre, con don de gentes y gran conversador. Persona muy templada, muy informado y a pie de obra, conocía muy bien el arte de la retórica y dialéctica. Muy ordenado, deja un archivo personal de gran calidad.

Tuvo muchísimos amigos y sufrió incomprensiones y algunas claudicaciones de personas cercanas, lo que tantísimo le hizo sufrir; nos dijo que perdonaba de corazón a todos aquellos con los que tuvo diferencias en nuestros tiempos de crisis. Conoció en profundidad el valor del dolor por agudo que fuera, del sacrificio de quien da todo sin pedir nada a cambio, y los libros de espiritualidad al respecto como el de Tissot entre otros. En todas sus actividades Dios era el primer y mejor servido. Su alma sacerdotal ayudó a numerosos fieles que le dieron su apoyo y amistad. 

Su pérdida es muy dolorosa  para todos, aunque toda su vida estuvo preparando este doloroso trance. Por nuestra parte no nos acostumbraremos a que don José Ignacio esté fuera de nuestras vidas, por mucho que le tengamos espiritualmente presente. Le suplicamos que no se olvide de nosotros.

Dios le haya acogido en Su seno. Deja en este mundo a muchísimos amigos que le admiraron, le están muy agradecidos, le quieren, y ruegan al Buen Padre por su alma. Si durante cuarenta y cinco años de vida he tenido la gracia de tenerle muy presente, y por ello su ausencia nos parte el alma, lo mismo podrán decir otras muchísimas personas de las que él me hablaba con admiración, cuya lista es larga de citar, y otras que yo no conozco. Pedimos a todos una ferviente oración por su eterno descanso. Entregó su vida por su sacerdocio, a los pies de Santa María y del Corazón de Jesús.

Pamplona, 9 de julio de 2025.

José Fermín Garralda Arizcun

Secretario de la Unión Seglar San Francisco Javier

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