Restauración de Banderas
de Palencia, 5º de Castilla. 1872-1876
No es algo que
abunde en las redes eso de restaurar banderas de otras épocas, aparte del valor histórico que tienen para el patrimonio de España, para la
comprensión de sus gentes y su propia historia, y también para quienes se
vinculan real y sentimentalmente con las raíces de la patria española, expresada
en sus mejores hombres y hazañas.
Una bandera no es un mero objeto, sino que sobre todo es lo que significa. Contemplarla nos evoca a sus hombres y la Causa a la que sirvieron.
A continuación
insertamos una imagen tomada en el taller de enmarcación. Consiste es un marco-vitrina realizado ex profeso para
la bandera recién restaurada, la del Batallón de Cazadores
de Palencia 5º de Castilla. El marco se ha confeccionado con los mejores
materiales y por Estampa Marcos, una casa de prestigio, que realiza encargos
del Museo del Ejército y el Naval. En el marco se ha optado por el color negro
-en señal de luto por los bravos que murieron en su defensa- y oro por sus
victorias.
La restauración de la bandera del Batallón de Cazadores de Palencia 5º de Castilla,
ha sido bastante compleja, como se refleja en el Informe que acompañamos. Ahora la bandera puede mostrarse en todo
su esplendor, tal y como tremoló en las victoriosas batallas de Mercadillo -o
batalla del fuerte de Mercadillo- en el valle de Mena (Burgos, 1874), y en las de
Castro Urdiales (Santander) y Lácar (Navarra) durante la Tercera guerra
carlista. En ésta última, el tema religioso de la unidad católica de
España fue principalísimo, así como la inestabilidad política del Liberalismo
anterior a 1868, las trampas electorales, y la anarquía del sexenio
revolucionario. La Virgen con el Niño son muy significativos de los motivos
religiosos del conflicto.
Esta enseña
nunca se rindió ante el adversario, y es testigo del heroísmo, sacrificio y
abnegación de los que precedieron a otros en la honrosa senda de la legitimidad.
Así pues, hoy
es un día importante para la historia de los recuerdos relativos al Carlismo,
el movimiento político más antiguo de España y que expresa sus raíces. Esta
bandera, que simboliza y expresa días de gloria, fue recogida por el propio
Carlos VII de Borbón, siempre leal a sus fieles, un aciago día de aquel febrero
de 1876, cuando pasó la frontera por el puente de Arnegui en Valcarlos
(Navarra). Carlos VII tuvo esta enseña, junto a otras muchas, en el llamado
"Cuarto de banderas" de su palacio veneciano de Loredán hasta su
fallecimiento ocurrido en 1909.
Todas las imágenes y el Informe inserto,
son propiedad de Íñigo Pérez de Rada Cavanilles.
A continuación,
y gracias a la generosidad de Íñigo Pérez de Rada Cavanilles, ofrecemos
el Informe de la restauración de dicha bandera, realizada por una conocida restauradora
profesional del Museo del Ejército (Toledo). Es la manera que nuestro mecenas
tiene de dar a conocer este objeto histórico -que ha quedado resplandeciente-,
de iniciar al lector en el gusto por salvar y transmitir objetos de gran valor
fruto de su pasado, de admirar el arte de la restauración, e introducir a los
amantes de la cultura en el mundo de la vexilología como ciencia y arte.
El Informe de Mónica Enamorado Martínez,
restauradora de Banderas en el Museo del Ejército (Toledo), lo incluimos en el
siguiente enlace del Blog historiadenavarraacuba.blogspot.com:
Restaurar
objetos significativos para el conocimiento histórico, es lo más opuesto a la
moda talibán de nuestros días, que por revanchas y querer
reescribir la Historia -en realidad para mofarse de ella o utilizarla
ideológicamente- se plantea incluso destruir materialmente y si no la memoria,
de monumentos públicos como el Monumento de Navarra a sus muertos en la
Cruzada, para luego -quién sabe...- obras menores de arte.
Concluyamos. "¡Volveré!",
exclamó don Carlos de España antes de atravesar el puente de Arnegui
(Valcarlos) dicho 28 de febrero de 1876. "¡Volveré! Mágica palabra que
inflama el corazón de aquellos veteranos, que repercute por las montañas
euskaras y que todavía hoy resuena en nuestros oídos como hermosa promesa de
esperanza y consuelo" (Rev."Montejurra" nº 4, 15 a 21-II-1965,
p. 7). "¡Volveré!", dijo don Carlos, ... y volvió con su hermano
Alfonso Carlos I en las desgraciadas circunstancias de 1936, con las esperanzas posteriores, y con la esperanza de
hoy día, porque España es más que el Rey, y el Rey lo es para las Españas, una
en su variedad.
Íñigo Pérez de
Rada Cavanilles, es hijo del marqués de Jaureguizar (q.e.p.d.), una
familia de fuerte abolengo que conserva su casa solariega en el viejo Reyno de
Navarra. Es economista y escritor, investigador y miembro de la Sociedad
Española de Vexilología (SEV), así como mecenas interesado en valiosos objetos
de arte, que salva de la pérdida, destrucción y olvido, da el mejor destino, y
restaura con total generosidad.
Es autor de
numerosos trabajos sobre banderas, publicados en el Boletín de la SEV,
y también en Aportes. Revista de Historia Contemporánea, la Revista
de Historia Naval, y Tradición Viva.
También es
conocido como autor de varios libros, por ejemplo: Navarra en Guerra.
Banderas, trofeos de guerra... (2004). Hace poco publicó dos ediciones
de un magnífico libro monumental titulado: Banderas del Palacio de
Loredán. El legendario museo de Carlos VII de Borbón formó en Venecia,
Sevilla, Campomanes, 1ª ed., 2023, 563 pp. con abundantes fotografías a todo
color. Confiamos que el autor publique su 3ª edición debido a la demanda.
José Fermín Garralda Arizcun
Nuestro resumen
en Slideshare dice así:
La restauración de la bandera del "Batallón de
Palencia, 5º de Castilla", y la descripción, imágenes, e informe completo
de la restauradora profesional del Museo del Ejército de Toledo, es un tema de
gran interés. En efecto, temas como éste no abundan en las redes. También es un
tema necesario al historiador como ciencia auxiliar, lo mismo que la
numismática, la sigilografía, la cronología, el arte etc. Entre estas y otras
ciencias auxiliares, una bandera es una realidad más compleja que una moneda,
un sello o una fecha, y expresa la belleza de algo tan elevado como los mejores
sentimientos y los más heroicos hechos.
Para ser vexilólogo y restaurar banderas, hay que ser
un enamorado de la historia, tener una amplia cultural y un fino espíritu, y
ser un mecenas desinteresado. También hay que conocer las técnicas más
sofisticadas utilizadas por la ciencia y arte de la restauración.
Esta aportación es importante para la historia de
España, que es decir su Monarquía, para la historia del Carlismo, y para quien
se ha entregado a esta delicada labor. Don Carlos VII recibió esta bandera
cuando en 1876 pasó el puente de Valcarlos hacia Francia. Una bandera tinta en
sangre de héroes que vivieron días de fidelidad, pues se enarboló en varias
batallas de la tercera guerra carlista (1872-1876), siendo la última la
conocida batalla de Lácar (Navarra).
Ahora está en muy buenas manos, y recordará a todos el servicio del Carlismo -con su Dios, Patria, Rey- a España. Estemos muy agradecidos al vexilólogo y propietario Íñigo Pérez de Rada Cavanilles, y a la restauradora Mónica Enamorado Martínez.
Nota: Todas las
imágenes y el Informe inserto, son propiedad de Íñigo Pérez de Rada
Cavanilles.
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