Hay inquietudes en la sociedad, es preciso identificarlas y sobre todo buscar soluciones. Cada uno en la medida de sus posibilidades, desde lo concreto, desde el hombre real y su familia, sin utopías ni pensamientos totalizadores.
Agradecido,
Una reflexión ante la octava huelga general de la democracia española…. desde el “miradorcico-Pamplona” (Navarra).
Sigue el fregado de la cuestión social
Sigue el fregado de la cuestión social
Por José Fermín Garralda
Pamplona, 2-IV-2012
Pamplona, 2-IV-2012
“Con frecuencia, el ciudadano inmovilizado ante un tapón de tráfico, sorprendido por una manifestación reivindicativa o privado de algún servicio ocasionado por la huelga, se lamenta sobre las contradicciones de la sociedad actual. En efecto, al padecer las incomodidades –a veces graves- de la convivencia, siente la tentación de compararlas con las enfáticas seguridades de las constituciones y leyes que amparan solemnemente sus derechos ciudadanos” (“El Pensamiento Navarro”, 13-I-1980)

Trabajadores somos todos: el empresario y el directivo, el albañil y el maestro, el arquitecto y el abogado, el agricultor y el sector de la construcción… (Imagen tomada de la Red)
PLANTEAR SOLUCIONES
OTRA ECONOMÍA sí es posible. Es posible una economía diferente. Sobre esto recordemos algunas evidencias.
La situación actual es la agonía de la sociedad opulenta. Esta sociedad excesivamente tecnológica y consumista es un gigante que tiene los pies de barro.
¿Sabe Vd. que la moralidad en los negocios garantiza siempre a las empresas beneficios económicos a medio y largo plazo?
El más sociedad y menos Estado asegura una equilibrada economía de sistema mixto? Y siempre las personas y familias son -¡faltaría menos…!- más importantes que los beneficios materiales.
Los Fueros favorecen una economía real, pues parten de que lo que uno sabe y puede hacer no se lo haga ni otro ni un tercero?
¿Qué tiene que hace el Poder civil?: debe ser el primer servidor de todos, de las instituciones tanto sociales como laborales, y de la sociedad en general.
Desde luego, el empresario, y el trabajador que no es empresario, están en el mismo barco. Esto nos obliga a distinguir entre la llamada “derecha capitalista, culpable por cobardía y egoísmo, de la “derecha sociológica” que de por sí tiene una estrecha relación con gentes de la calle de unas u otras tendencias políticas. La derecha sociológica junto con otros, son los padres de familia, los trabajadores, los que “nunca pierde(n) el tren de la fe, del cariño del hogar y del trabajo, aunque este se ponga a veces muy difícil” (Elías en “El Pensamiento Navarro”, 30-I-1980).
Una vida debidamente austera, y una cultura del trabajo más que del ocio y planteada como servicio, generan –además de una felicidad siempre relativa- Renta. Esta exigirá una distribución equitativa, que no igualitaria. Pero también genera crecimiento económico y un desarrollo global, a beneficio de todos, especialmente de los que menos pueden del primer y tercer mundo.


Aún sin estar de acuerdo con no pocas disposiciones del Real Decreto 3/2012, no debía estallar la huelga general, ni tampoco una huelga de carácter sectorial y territorial. Y menos una huelga prerrevolucionaria, como ha sido la del 29-M según los hechos, ocasionados por una parte de los huelguistas con aquiescencia del resto.
Los sindicatos politizados no son quienes para, en un llamado Estado de Derecho del que ya poco va quedando, presionar al Gobierno, perjudicar y hasta aterrorizar a la sociedad, y plantear un pacto al Gobierno y los partidos parlamentarios. Tampoco son los políticos profesionales quienes para exigir sacrificios por los errores que ellos han cometido, por muchas elecciones que haya por medio. El sistema que unos y otros aprobaron en 1978, y mantienen hasta hoy a pesar de hacer agua, no lo permite. Otra cosa es que cambiemos de sistema político, lo que no sería difícil si es a mejor y por necesidad. Por otra parte, si los sindicatos y quienes toman la política como una profesión (en Navarra los parlamentarios forales lo reconocieron el 6-II-1980) quisieran que se les hiciera caso, mucho tendrían que cambiar, no están por la labor, y ni quizás sean capaces de ello por ir contra su propia naturaleza.

Foto:JFG2012
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