viernes, 8 de julio de 2011

SAN FERMIN Y SUS FIESTAS. "¡VIVA SAN FERMÍN!"

SAN FERMIN Y "SANFERMINES". "¡VIVA SAN FERMÍN!"

EL 6 DE JULIO PONE A PAMPLONA AL ROJO VIVO. El rojo es un color en sí mismo vibrante, que recuerda la sangre del martirio de San Fermín, y la bandera de Navarra. Sí, el rojo es por San Fermín.

(Imagen de San Fermín en la procesión a la salida de San Lorenzo. Foto:JFG2011)

Se inician sus fiestas, tan locales como universales, que duran hasta el "Pobre de mí" a las doce de la noche del 14 de julio. Las celebraciones religiosas, el universal Encierro y también el "encierrillo", la comparsa de gigantes, cabezudos y zaldikos, la corridas de toros, los fuegos artificiales, el jolgorio y las Peñas,las barracas y conciertos,los "chun-chun", la familiaridad y camadería... y hasta la prensa escrita o digital, todo da un colorido sin igual a las fiestas de San Fermín. Ahora bien, en todo este jolgorio, ¿podremos recordar quién era Fermín? ¿Y cómo se le recuerda y venera al santo patrón?

¿QUIÉN ES SAN FERMÍN?
San Fermín es el primer obispo de Pamplona y patrono de la Diócesis de Pamplona, que no de la ciudad, pues el patrono de Pamplona es San Saturnino. Este último fue quien bautizó a la familia del senador Firmo cuando desde Toulouse vino a Pompaelo. San Fermín también es co-patrono, junto con San Francisco Javier, de Navarra, desde 1657. Eso sí, en toda la documentación antigua de la ciudad, se cita a San Fermín como patrono de Pamplona. Por eso ofrezco este "recuerda".

Se ignora de qué siglo fuese San Fermín, aunque parece que vivió entre el siglo I y finales del siglo III o comienzos del IV. Fermín fue nombrado sacerdote por el obispo Honorato en Toulouse, una vez que Saturnino había muerto mártir atado a un toro furioso que, en su carrera, arrastró su cuerpo, destrozándole la cabeza, golpe a golpe, al descender las escaletas del capitolio de Tolosa allá en en las Galias. Poco después, Honorato impondrá las manos a Fermín y lo consagrará obispo. Á patir de entonces, Fermín envangelizará las Galias de Sur a Norte: Agen, Clermont-Ferrand, Angers, Beauvais junto al Norte del actual París y Amiens. Allí será ejecutado por las autoridades civiles por predicar al verdadero Dios y no a los dioses falsos. La fiesta de su martirio se celebra en Pamplona, desde siempre, el 25 de septiembre.

Así, pues, celebramos dos fiestas a San Fermín: el San Fermín del 7 de julio y el martiroloío el 25 de septiembre.


(La multitud sanferminera en la plaza del Castillo, en el momento de la orquesta en la noche del viernes 8 de de julio. Foto:JFG2011)

SAN FERMÍN DE JULIO
La devoción al santo consta a partir del siglo XII. En Pamplona el culto a San Fermín se intensificó en el siglo XII con la reliquia traída de Francia por Pedro de Artajona. En 1590 el Ayuntamiento pamplonés pidió al obispo Rojas Sandoval que la fiesta de San Fermín, "patrón de dicha ciudad", fuese trasladada desde el 10 de octubre al 7 de julio, que coincidía con la feria que había en la vieja Iruña por privilegio de Carlos II, además de la inseguridad del tiempo meteorológico y el afán de la población por las corridas de toros.

En 1599 la Ciudad de Pamplona (su Ayuntamiento o Regimento municipal) hizo el voto a San Fermín. Desde entonces, el Ayuntamiento celebra las fiestas por todo lo alto. Así se me representan las fiestas realizadas en todo el siglo XVIII, que es lo que he estudiado con detención. Y lo mismo dicen otros autores sobre el siglo XVI y siglos XIX y XX. Se observa una gran continuidad en todas las fiestas de San Fermín, pues están establecidas siguiendo una costumbre y protocolo social e institucionalmente bien diseñados, con la naturalidad, vitalidad y sentido común de lo que se llamaba el "buen hacer". Este protocolo es muy importante para que las vivencias arraigadas se mantengan con fluidez y naturalidad, sin exageraciones, lo que tampoco impide -sino que exige- los cambios adecuados a las circunstancias. En el bullir del tiempo, hay un hilo conductor y esencial como vivencia arraigada y profunda, que es la tradición, a lo que le damos forma con abundantes manifestaciones externas llamadas "tradiciones".

(Uno de los elegantes personajes de la "Comparsa de Gigantes y cabezudos" junto a la estatua de los Fueros, sábado, 9 de julio. Foto:JFG2011)

El carácter principal de las fiestas es religioso, que transforma la alegría por la fiesta del santo en una festividad global y total. Hoy día, no pocos se han olvidado del carácter religoso de las fiestas, aunque muchos pamploneses lo mantienen y reviven cada año, además de las instituciones eclesiásticas y civiles como es el Ayuntamiento. Este último tiene la fiesta como votiva, es patrono de la capilla de San Fermín (construida entre 1696 y 1717, según estudia Molins Mugueta), así como de la imagen y ajuar del Santo, por cuyo patronato existieron dos sonados pleitos, largos y complicados, entre el Ayuntamiento y la Obrería de San Lorenzo, en el siglo XVIII (1720 y 1786), saliendo triunfador el Ayuntamiento.

Hay tanto que contar sobre las fiestas que lo mejor es dejarlo para otro día. Sirvan estas líneas para recordar la fiesta de San Fermín, las del "morenico" y con cara joven de la imagen por todos conocida. Vibra parte del alma al verle salir, una sola vez al año, de la parroquia de San Lorenzo de Pamplona, con ocasión de la procesión del día 7 de julio. Y si no vibra más es porque no se nos cuenta debidamente a los pamploneses la vida de este santo, del que a veces nos olvidamos algo en el barullo y jolgorio de sus fiestas. Creo que a San Fermín hay que rezarle durante todo el año.

Pensemos en el "Riau-riau" o "vals de Astráin", iniciativa de "Premín de Iruña" (don Joaquín Baleztena Ascárate, al que tanto debe Pamplona), que se celebraba la tarde del día 6 cuando los mozos acompañaban al Ayuntamiento a celebrar las Vísperas. Como el "Riau-riau" degeneró, con los nuevos y conflictivos tiempos, en una gamberrada total que tanto molestaba a la Corporación municipal y, en ella, a muchísimos pamploneses, en 1986 fue suspendido por el Ayuntamiento, y así ha quedado, en suspenso, hasta al menos hoy. Recuerdo cómo la Corporación y "La Pamplonesa" (nuestra banda municipal de música) tuvo que retorceder hasta la casa consistorial cuando se encontraba a la altura del atrio de la iglesia de San Saturnino. Todo esto lo hemos vivido de jóvenes con indignación. También hemos vivido este año al llamado "Riau-riau" (que no es tal porque no asiste el Ayuntamiento), realizado con un carácter puramente festivo y con aquel sentido común del que, en su día, no pocos asistentes bien organizados y no tan bien intencionados, carecieron.

(Interior de San Lorenzo el día 7 de julio. En el coro, la Capilla de Música de la Catedral y la Orquesta Sinfónica, dirigidas por el dr. Aurelio Sagaseta. Foto:JFG2011)

Tras el "Riau-riau", la vísperas en la capilla de Santo y San Lorenzo a las ocho de la tarde. Este año y día, hemos celebrado los 50 años que el dr. Aurelio Sagaseta lleva solemnizando las Vísperas, sin interrupción, como director de la Capilla de Música de la S.I. Catedral de Pamplona y Orquesta sinfónica. Don Aurelio, de estirpe con prosapia en Pamplona ya en el siglo XVIII, es una persona de grandes cualidades y muy sencilla, querida por todos. Y admirada. Por primera vez, el sr. Arzobispo de Pamplona, don Francisco Pérez González, ha asistido a las Vípseras, pues nunca antes había acudido a la celebración. Y, ¡cómo no!, ahí estaba la Corporación recién salida de las urnas electorales, pues debido a ser San Fermín fiesta votiva del Ayuntamiento, éste participa muchísimo en las fiestas de Santo Patrono. ¡Y cómo no va a hacerlo si tiene que estar a la altura del festejo de todos los pamploneses!.

Este año las Víperas han interpretado a Haydn, antífonas gregorianas, Mariano García, Joaquín Maya y del propio Aurelio Sagaseta.

El día 7, se celebra la procesión siguiendo en lo esencial la etiqueta del siglo XVIII. El Ayuntamiento va a la catedral e invita a su Cabildo a las fiestas; ambos se trasladas a San Lorenzo a salaudar con amor al Santo y tomar su imagen, pues es SU DÍA, realizando todos juntos la procesión por la vieja Pamplona, entre una multitud de fieles agradecidos a San Fermín. Tras el recorrido, la procesión regresa a la capilla de San Fermín donde se celebra la Santa Misa, solemnizada por la Capilla de Música y Orquesta Sinfónica del día anterior. Tras ello, el Ayuntamiento acompaña al Cabildo a la catedral y regresa a su casa consistorial.

Este es un día grande y solemne, que da el verdadero sentido a los "Sanfermines", un sentido para unas fiestas llenas de colorido, de familias agitadas por el entusiasmo infantil, de pamploneses y muchos forasteros visitantes, de alegría y, desgraciadamente, de no pocos excesos y porquería. La comparsa de gigantes, cabezudos y zaldikos, con su elegancia y cierta nota de ironía sobre la naturaleza humana (que si gigante, que si cabezudo), hace las delicias de los pequeños, y que reververe, en los "mutilzarras" o menos chicos, la vida con sus "recuerda" de lejanías y añoranzas, simpatías y mejores ilusiones.

(El pocico donde, según la tradición, San Saturnino bautizó a los primeros cristianos de Pamplona. Foto:JFG2011)

Este año es el primero en el que, en la procesión, una vez cantada "Es la jota de tu Navarra, la que hoy te reza, la que hoy te canta..." en la plazuela del Consejo, y el "Agur jaunak" donde el pocico de San Cernin, el sr. Arzobispo ha dicho unas palabras ante dicho pocico, animando a los pamploneses a ser fieles al Bautismo. Por algo será. Mantiene este deseo lo que este mismo día nuestro arzobispo escribe en su carta: "El hombre es grande, sólo si Dios es grande. No debemos alejarnos de Dios, sino hacer que Dios esté presente, hacer que sea grande en nuestra vida. Así, al estilo de San Fermín, seremos auténticos cristianos: tendremos todo el esplendor de la dignidad humana como hijos de Dios" ("Diario de Navarra", jueves, 7-VII-2011). Una carta toda ella que es una preciosidad, dirigida pastoralmente al hombre de hoy, con sus maravillas y sus hondos fracasos. "En la Fiesta, San Fermín apunta hacia Dios".



SAN FERMÍN DE ALDAPA(San Fermín de Aldapa eliza) Y SAN FERMÍN DE SEPTIEMBRE

(Imagen de San Fermín de Aldapa, o de la cuesta. Foto:JFG2011)

A San Fermín se le venera junto a la parroquia de San Lorenzo desde 1717. Sin embargo, también se le venera y visita, no sin la humildad de los primeros tiempos cristianos, en la basílica de San Fermín de Aldapa, que ya existía en la Edad Media. Está localizada en la zona alta de la ciudad antigua, enfrente del antiguo palacio episcopal y luego del virrey, actual Archivo General y Real de Navarra.

La referencia más antigua de esta basílica es de 1531, y quizás se localice donde estaba la iglesia dedicada a San Pedro en 1255. La actual construcción es de 1701, y su fachada es de Julián Arteaga. El interior posee un sencillo pero hermoso retablo, y una imagen del santo, cuyo encanto está en la sencillez. La misma maravillosa sencillez que sin duda vivió el santo patrón. La propiedad de la basílica es del cabildo de la catedral pero su conservación está encomendada a los PP. Claretianos desde 1883. Desde ahí se lanza el cohete de San Fermín Chiquito el 25 de septiembre, día en el que se celebra su martirologio, también celebrado desde siempre por el Ayuntamiento.

(Basílica de San Fermín de Aldapa eliza. Foto:JFG2011)

En esta iglesia se celebra la Santa Misa en vascuence (euskera)todos los domingos, y ahí íbamos un grupo de fieles a rezar en la lengua vernácula de nuestros abuelos. Agradezco desde aquí al pater que la atiende.

Junto a esta basílica se han encontrado restos antiguos: una torre y necrópolis (cementerio) medieval, y restos romanos del alto y bajo imperio.

(Escenas insólitas y atrevidas como ésta son frecuentes en las fiestas. El mozo hizo la misma subida en dos ocasiones. Foto:JFG2011)

El lector puede consultar, además de los numerosos libros de J. Arazuri, entre otros, el libro sencillo pero completo de ARRAIZA, Jesús, San Fermín patrono, Pamplona, Ayuntamiento de Pamplona, 1989, pp. 123, edición bilingüe, col. Temas Pamploneses, nº 13. También existen varias novenas. A título ilustrativo, tenemos delante la de 1736, titulada: "Novena del inclito Martyr S. Fermin, Primer Obispo de su Patria Pamplona. Patrono del Reyno de Navarra. Por un Devoto del Santo, natural de la misma Ciudad. (...) En Pamplona: en la Oficina de Geronimo Anchuela. Vive en la Calle de San Agustin. Año 1736", 62 pp. formato pequeño.

En fin, querido lector, si estas líneas te han servido para amar más a San Fermín y a los pamploneses, bienvenido sea. Y ahora te pido celebrar y que vengas la fiesta.

José Fermín Garralda Arizcun
Pmaplona, 7 y 9 de julio de 2011

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